miércoles, 27 de mayo de 2009

En diálogo con Oscar El Negro González Oro, en el programa El Oro y el Moro, el letrado solicitó al Poder Judicial de la Argentina que avance con las causas en las que están involucrados guerrilleros y miembros de las agrupaciones que durante los años 70, inclusive en el gobierno democrático de Isabel Perón, atacaron y cometieron bárbaros crímenes.

Brunetta elogió la decisión de un juez de Santa Fe, que determinó avanzar con la investigación sobre secuestro y muerte del coronel Argentino Del Valle Larrabure, por considerar que su muerte había sido un delito de lesa humanidad.

La polémica sobre si las acciones terroristas de los grupos civiles pueden equipararse a las cometidas por el Estado fue uno de los temas relevantes de la semana política que pasó.

Hoy, en el contacto radial, Brunetta volvió sobre la cuestión, recordando la carta de lectores que escribió a un diario, donde comentó lo que tuvo que vivir durante los años de plomo, como directivo de una de las empresas automotrices líderes que operaban en la Argentina.

'El nuestro es el único país donde los que ganaron una guerra son juzgados por los que la perdieron', manifestó el letrado en referencia a los juicios que enfrentan los militares por violaciones a los derechos humanos ante los tribunales de todo el país.

El letrado aclaró: 'Deberían ser juzgados por crímenes de lesa humanidad' también los terroristas que atacaron a la sociedad civil y que no eran blancos militares. Entre los principales que debieran ser juzgados, Brunetta mencionó a los 'ideólogos de los atentados que dejaron sin vida a mucha gente'.

'Delito de lesa humanidad no es sólo el terrorismo de un gobierno, sino de cualquier lado. Lesa humanidad es de un lado y de otro', consignó el abogado en recuerdo de los principales contenidos de la carta de lectores, cuyos principales párrafos reproducimos a continuación:

'El 9/1/75, en época de un gobierno democrático, ingresé a Chrysler Fevre Argentina como gerente de Finanzas. Ese día, el director Eduardo Beach me dio la bienvenida y me dijo que estaban todos amenazados por Montoneros y el ERP, porque la empresa no aceptaba pagarles una mensualidad, y que si yo desistía de ingresar no lo tomaría como una cobardía. Ante mi respuesta de que deseaba entrar, me preguntó mi fecha de nacimiento, la escribió en una tarjeta y al dorso, su nombre y el del abogado de la empresa y sus teléfonos. Dijo que si me secuestraban, la empresa se haría cargo. Gran debut.
En marzo del 76, al llegar a la empresa, veo un tumulto. Habían asesinado a Eduardo Kenny, gerente de Distribución. En julio, asesinaron a Carlos Balsa, supervisor de Flota, y en noviembre, a Jorge Souto, gerente de Control de Laboratorio. A partir de allí, me obligaron a salir de casa con custodia.
Mi madre les contaba a sus clientas del negocio de composturas de zapatos qué había sido de mi padre zapatero (de allí mi origen oligarca), que de noche no podía dormir pensando que en cualquier momento le iban a informar que a su hijo lo había asesinado el terrorismo.
Sus clientas me sugerían cambiar de trabajo. Pregunto: ¿cuándo van a ir a los tribunales acusados de crímenes de lesa humanidad quienes enviaban a los jovencitos «idealistas» a asesinar a civiles y a la vez a ser eliminados por las fuerzas del orden? Los nombres los conocemos: Bonasso, Kunkel, Taiana, Verbitszky, Eduardo Luis Duhalde, abogado de los terroristas... y sigue la lista.
Mi pecado para estar en la lista de candidatos a ser asesinados fue que, cuando falleció mi padre, yo, de 16 años, en lugar de ponerme a llorar, agarrar un arma y salir a robar, busqué un trabajo, terminé mi secundaria en la Escuela Carlos Pellegrini, mis estudios, en la Asociación Argentina de Cultura Inglesa y en la Facultad de Ciencias Económicas, donde me recibí de contador público, licenciado en Administración y en Economía, mientras ayudaba a mi madre en su negocio.
Si hubiera salido a la calle con un fierro, quizás ahora podría ser ministro, secretario de Estado o jefe de fiscales.'

domingo, 17 de mayo de 2009


Carta escrita en el 2070

Documento extraído de la revista biografía "Crónica de los Tiempos" de abril de 2002

Acabo de cumplir los 50, pero mi apariencia es la de alguien de 85. Tengo serios problemas renales porque bebo muy poca agua.
Creo que me queda poco tiempo. Hoy soy una de las personas más longevas en esta sociedad.
Recuerdo cuando tenía 5 años: todo era muy diferente. Había muchos árboles en los parques, las casas tenían hermosos jardines y yo podía disfrutar de un baño de regadera hasta por una hora. Ahora usamos toallas empapadas en aceite mineral para limpiar la Piel.
Antes todas las mujeres lucían su hermosa cabellera. Ahora debemos afeitarnos la cabeza para poder mantenerla limpia sin agua.
Antes mi padre lavaba el auto con el chorro de la manguera.
Hoy los niños no pueden creer que el agua se utilizara de esa forma.
Recuerdo que había muchos anuncios que decían "CUIDA EL AGUA", sin que nadie los tomara en cuenta; pensábamos que el agua jamás se podía terminar.
Ahora, todos los ríos, presas, lagunas y mantos acuíferos están irreversiblemente contaminados o agotados.
Antes la cantidad de agua indicada como ideal para beber, era ocho vasos al día por persona adulta. Hoy solo puedo beber medio vaso.
La ropa es desechable, con lo que aumenta grandemente la cantidad de basura; hemos tenido que volver al uso de los pozos sépticos como en el siglo pasado porque ya las redes de desagües no se usan por la falta de agua.
La apariencia de la población hoy es horrorosa; cuerpos demacrados, arrugados por la deshidratación, llenos de llagas en la piel por los rayos ultravioletas que ya no tienen la capa de ozono que los filtraba en la atmósfera, inmensos desiertos constituyen el paisaje que nos rodea por doquier.
Las infecciones gastrointestinales, enfermedades de la piel y de las vías urinarias, son las principales causas de muerte.
La industria está paralizada y el desempleo es dramático.
Las plantas desalinizadoras son la principal fuente de empleo y te pagan con agua potable en vez de salario.
Los asaltos por un bidón de agua son asunto común hoy en las calles desoladas.
La comida es 80% sintética. Por la resequedad de la piel una joven de 20 años luce como si tuviera 40. Los científicos investigan, pero no hay solución posible. No se puede fabricar agua, el oxigeno también se ha degradado por falta de árboles lo que ha disminuido el coeficiente intelectual de las nuevas generaciones. Se ha alterado la morfología del espermatozoide de muchos individuos, como consecuencia hay muchos niños con insuficiencias, mutaciones y deformaciones.
El gobierno incluso nos cobra por el aire que respiramos: 137 m3 por día por habitante adulto.
La gente que no puede pagar es arrojada de las "zonas ventiladas", que están dotadas de gigantescos pulmones mecánicos que funcionan con energía solar, no es de buena calidad pero se puede respirar; la edad promedio es de 35 años.
En algunos países quedan manchas de vegetación con su respectivo río que es fuertemente custodiado por el ejercito, el agua se ha vuelto un tesoro muy codiciado, más que el oro o los diamantes.
Aquí en cambio, no hay árboles porque casi nunca llueve, y cuando llega a registrarse una precipitación, es de lluvia ácida; las estaciones del año han sido severamente transformadas por las pruebas atómicas y la industria contaminante del siglo XX. Se advirtió entonces que había que cuidar el medio ambiente y nadie hizo caso.
Cuando mi hija me pide que le hable de cuando era joven le describo lo hermoso que eran los bosques, le hablo de la lluvia, de las flores, de lo agradable que era bañarse y poder pescar en los ríos y embalses, beber toda el agua que quisiera, lo saludable que era la gente.
Ella me pregunta: Papá, ¿Por qué se acabó el agua?
Entonces, siento un nudo en la garganta; no puedo dejar de sentirme culpable, porque pertenezco a la generación que terminó de destruir el medio ambiente o simplemente no tomamos en serio tantas advertencias.
Ahora nuestros hijos pagan un alto precio y sinceramente creo que la vida en la tierra ya no será posible dentro de muy poco porque la destrucción el medio ambiente llegó a un punto irreversible.

¡Como quisiera regresar el tiempo y hacer que toda la humanidad comprendiera esto cuando aún podíamos hacer algo para salvar a nuestro planeta tierra!