El primer aviso mafioso llegó un viernes. Ocho hombres prolijos, bien vestidos y armados para una guerra tomaron por asalto el taller de la escuela gráfica de los chicos pobres, los amenazaron de muerte y se llevaron unos pocos pesos.
El segundo aviso fue dado casi tres meses después: encapuchados secuestraron a un adolescente de la Obra Juan XXIII, lo pasearon en un auto bordó y le advirtieron que quemarían tres edificios de la Fundación Pelota de Trapo.
Sesenta días más tarde enviaron el tercer aviso. Levantaron de la calle a un educador, lo metieron en una Ford EcoSport y le dijeron: "Alejate de esa campaña de mierda contra el hambre; éste es el último aviso". Lo golpearon fuertemente, le apuntaron con una pistola y lo dejaron a quince cuadras de la estación Gerli.
La tercera fue la vencida, y entonces Alberto Morlachetti, creador de esa fundación famosa, coordinador del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo e impulsor de la campaña nacional "El hambre es un crimen", se convenció de que la mafia no se detendría y que todos estaban en peligro de muerte.
No se equivocaba. Desde ese momento ocurrirían todavía cinco ataques más. Interceptaron a una docente en Temperley. Luego raptaron, golpearon y le realizaron perversas heridas leves con un cúter en brazos y piernas a otra educadora de ese movimiento humanitario. A los diez días se la llevaron de nuevo en José C. Paz, la narcotizaron y la dejaron tendida boca arriba en una plaza frente al cementerio de Chacarita. Lo mismo hicieron con otro maestro de un hogar para niños, que apareció tirado en plaza Constitución, y también con un voluntario que dejaron libre en el hipermercado Coto de Lanús después de un viaje de miedo y aprietes.
La razón de tanto ensañamiento es, aunque resulte increíble, una campaña pacífica pero multitudinaria que se lleva a cabo en todas las provincias y que tiene un fin noble: difundir la demencial hambruna por la que pasan millones de argentinos. La noticia llegó hace unos meses hasta el diario El País de Madrid, que comenzaba el artículo con esta estadística: "Ocho niños menores de cinco años mueren por desnutrición al día en la Argentina, uno de los mayores exportadores de alimentos del mundo".
El protagonista de esta movida no gubernamental y de esta campaña amenazada es un hombre singular que empezó como canillita, estudió sociología en la Universidad de Buenos Aires, dedicó su vida a los chicos pobres porque él mismo lo fue, y está sentado ahora frente a mí, en una casa de Avellaneda, adonde va Serrat de vez en cuando a tomarse unos mates y donde el Viejo -así le dicen todos con cariño- fuma indolentemente un cigarrillo tras otro.
Bordea los 66 años, tiene cáncer de próstata y arde en deseos de terminar el tratamiento y estar mejor para volver a vivir en la sede de la Fundación porque extraña terriblemente a los niños. Le señalo el cigarrillo y Alberto se ríe: "Fumé toda la vida, esto no tiene nada que ver con la próstata". Así que no me jodas, pudo haber agregado, pero se guarda el pensamiento por cortesía de recién conocido.
Vengo a contar su historia, y el Viejo lo sabe. Pocas veces accede a notas. No le gusta la exposición y me pide que no abunde demasiado en su enfermedad porque hay buenos pronósticos y porque no quiere aparecer vulnerable ante sus "hijos". Se lo ve bien, lúcido y afable. Los secuestros del año pasado se detuvieron misteriosamente, pero todavía siguen enviando de vez en cuando mensajes intimidatorios a sus celulares. ¿Quiénes son? ¿Quiénes pretenden desarticular una idea que busca concientizar sobre el gran drama argentino? ¿Existe una especie de nueva Triple A en la provincia de Buenos Aires? No hay respuestas, y entonces yo le pido que me cuente algo. Me cuenta una vida.
Morlachetti nació en el campo, pero su patria es Avellaneda. Vivía en un conventillo, en el tiempo del empedrado y el tranvía, cuando esa zona todavía estaba cruzada por la ética del trabajo. Alberto andaba todo el tiempo en la calle. "Hay delitos que para los pobres nunca prescriben -me dice recordando correrías que no quiere precisar-. La pobreza es dura, una cicatriz abierta."
Todavía existía el gallego del café de la esquina que lo escondía de la policía o le daba algo para comer. Igualmente recuerda esa sensación inolvidable: tener hambre, padecer ese dolor de estómago vuelto amargura y desesperanza. Alberto se salvó de lo peor porque sus padres lo mandaron al colegio y porque en el puesto de diarios se hizo adicto a la lectura. Pero muchos de sus compañeros se quedaron en el camino: "La pobreza no es una elección -me explica como si hiciera falta en esta sociedad frívola-. La pobreza es una imposición: te pone una pistola en la cabeza".
Alberto tiene una pena inmensa por esos pibes que no pudieron salir del laberinto. "A mis amigos les saquearon las palabras", me dice. La lucidez del lector, la posibilidad de amueblar la vida con libros, lo rescataron a él de un destino trágico. En su adolescencia, leía de todo: diarios, revistas, libros; Camus, Marx, el Nuevo Testamento. Y se quedaba en los potreros del crepúsculo pensando que era posible construir un paraíso en la tierra.
De forma natural, comenzó a organizar partidos de fútbol y después campeonatos, y a dirigir a equipos con chicos de la calle. Todavía era muy pobre cuando se anotó en la UBA y estudió sociología. Trabajaba y estudiaba y era un exotismo en el barrio. Alberto era sesentista. Los años 60 eran los años de los sueños. Pero su madre era católica. Le dejó un legado preciso: "Cuando algún día la vida te trate duramente, tomá la mano de un pobre".
Gracias al fútbol Alberto arrancó con su plan. Creó primero los "sábados de chocolate": partido y chocolatada con facturas, que garroneaba en panaderías del barrio. No lo hacía como una cuestión política ni por simple caridad. Lo hacía con amor legítimo por esos chicos, que provenían de villas, de orfandades, de la nada oscura. Lentamente, comenzaron a plegarse clubes, sociedades de fomento, vecinos.
El Viejo era joven, pero sabía perfectamente que debía construir un territorio. Lo hizo. Con rifas, con donaciones, con trabajos y rebusques, logró comprar dos lotes y levantar la Casa del Niño de Avellaneda. Desde ese dificultoso comienzo hasta ahora han pasado cerca de treinta años. Hoy tienen una imprenta, una panadería, dos hogares, una granja, bibliotecas, consultorios y sobre todo una organización nacional donde comparten alegrías y fuerzas con otros trescientos emprendimientos solidarios de todo el país, como la Red El Encuentro, de José C. Paz, o el Hogar Juan XXIII, de Avellaneda.
Cuando en los inicios Alberto Morlachetti abrió la sede de la Fundación y se mudó a ella con chicos de la calle, todo el mundo le decía que estaba loco. ¿Cómo era posible que alguien con tanta capacidad intelectual, que era docente universitario y había leído a Marcuse y seguido de cerca los textos de la Escuela de Francfort perdiera el tiempo en esos menesteres y se pusiera a tiro de esos chicos difíciles? Más allá de las convicciones, estaba la íntima necesidad de compartir su vida con aquellos niños de modales distintos y problemáticas duras pero que sabían querer mejor que nadie.
Los primeros fueron recogidos de cuevas indignas ubicadas detrás de la Facultad de Derecho. Alberto les dio cobijo, instrucción, horizonte y certidumbre. En 1977, comenzó el aluvión de los chicos callejeros, y Pelota de Trapo dio refugio a muchos de ellos. Alberto era el "padre" de todos y, al principio, tragaba saliva, en medio de sus contradicciones. Esos niños bravos tenían costumbres salvajes y lenguaje áspero. "Yo tuve que aprender de ellos -me dice-. Tuve que aprender para enseñarles."
Se enfrentó a la droga, que antes era la cocaína y el Poxiram y hoy es el paco, y a la prepotencia de la policía y sobre todo al prejuicio social. Morlachetti presenció, a lo largo de estas décadas cómo se dinamitaban en la Argentina los puentes de comunicación entre los grandes y los chicos de todas las clases sociales, y también cómo la sociedad iba colocando al niño en el lugar de victimario y enemigo público.
"Cuando un chico comete un error no es hora de estigmatizarlo y castigarlo con rigor sino de abrazarlo fuerte -explica-. A veces algunos de esos actos desesperados (no me refiero por supuesto a los homicidios ni a violencias graves) son incluso un buen signo. Un gesto de vida. Esas conductas violentas, transgresoras, antisociales, son una esperanza, como dice Winnicot, un notable de la psiquiatría. Mirá, los pibes librados a su suerte, los chicos abandonados, son un tema muy complejo. Si construir un vínculo no es algo espontáneo ni con el recién nacido, cuando toda la historia está por escribirse, ¿cómo se va a gestar un vínculo con el chico de la calle cuando en su historia nada pasó por seducirlo para la vida sino todo lo contrario? Suelto de madre es necesario domiciliarlo en un vínculo amoroso. No hay pedagogía sin ternura."
No puedo sino pensar en las noticias violentas que tienen a los menores como protagonistas absolutos. Pero también percibo, como en un ramalazo de luz, dos cosas: este hombre no es meramente un teórico, y como el padre Pepe de la Villa 21 y tantos otros soldados laicos o religiosos, políticos o apolíticos, de derecha o de izquierda, como tantos héroes en la trinchera de la miseria y el hambre, Alberto Morlachetti sabe de lo que habla aunque intente sacar el agua de un bote agujereado con la ayuda de un pocillo. Está solo en medio del mar. El Estado no lo acompaña más que con algunas becas y subsidios menores. El Estado no está ni para la foto. Sigue adelante con los médicos de la Fundación Garrahan, con donaciones y sobre todo con la buena voluntad de la gente.
Las grandes tesorerías de la política de cualquier signo faltan a la cita. Tal vez con esas tesorerías se podría practicar con eficiencia y masividad la política de la paciencia y la ternura, y no la ley de la reja y el gatillo. Pero más allá de discursos progresistas, hoy no hay plata para eso. Se ve que la plata rinde más en otro lado.
Muchos de aquellos niños rebeldes que al Viejo le daban dolores de cabeza hoy son señores con oficios y cargos bien rentados en empresas. Le traen ahora a sus nietos y le cuentan sus progresos. Son hombres hechos y derechos con la cultura del trabajo totalmente incorporada. Alberto recuerda cuando tenía que retarlos, cuando los esperaba despierto toda la noche hasta que volvían, cuando afrontaba con preocupación y a veces con humor sus diabluras.
"Una vez vienen a contarme que en una excursión uno de mis chicos, Ernesto, había robado manzanas de un puesto -recuerda con una sonrisa lluviosa-. Lo agarré al pibe y le dije: ¿cómo se te ocurre hacer eso? Momento, Alberto -me contestó-. No es así. Yo vi las manzanas rojas y sentí que me llamaban. "Ernesto, lleváme. Ernesto, lleváme", me decían las manzanas. Yo no las robé, sólo accedí a lo que me pedían." Ernesto hoy es fotógrafo y sigue cantando tangos, y tiene una buena familia. Era, en aquellos viejos tiempos, un residuo de la sociedad.
No piensa el Viejo que no haya que castigar el delito. Todo lo contrario: sostiene que se debe ser duro. Pero introduce una salvedad: "Los delitos grandes no los hacen los chicos". Le asombra el poco conocimiento que tienen los funcionarios sobre la problemática de la minoridad carenciada. Le dan vergüenza ajena. Y lo asusta que, comparados a los primeros chicos que él sacó del pozo, los pibes de esta década están más empobrecidos. Ahora el paco directamente los discapacita. "La droga, más allá del lucro, es funcional al sistema de dominación", dice enojado.
De pronto irrumpe en esa casa el hijo de una colaboradora cercana. Es un niño pequeño y Alberto deja la entrevista y la frente arrugada para abrazarlo y jugar con él con una felicidad impúdica. Es tan feliz ese hombre viejo con ese niño sonriente que quedo descolocado, como el involuntario voyeur de una intimidad sublime. Me doy cuenta en un gesto cuánto amor hizo falta para levantar todo esto. Y que ese amor no es impostado y racional, sino un torrente natural que le viene de muy adentro al canillita que se volvió campeón.
Luego nos recomienda que visitemos la panadería que levantaron en una esquina pelada. Quisiera venir con nosotros, pero el tratamiento lo tiene cansado. Los chicos de Alberto están, a esa hora, en la trastienda con el repostero. Preparan manjares. Los miro y me pregunto quién podría querer dañarlos. ¿Quiénes secuestraron, golpearon y amenazaron a esas personas buenas? ¿Quiénes envían todavía amenazas de muerte a celulares? ¿Existen incipientes escuadrones de la muerte en la provincia de Buenos Aires? ¿A quién beneficia callar la verdad?
El hambre es un crimen. Qué duda cabe. Una panadera de 17 años se sube a un banquito y anota, en un pizarrón donde hay una receta de pionono, esta frase: "Aquí no sólo se amasa el pan. Cobran sentido nuestros sueños. Echan a andar nuestros proyectos. Amasamos el país que amamos".
Deja el lápiz. Está prolija y orgullosa. Alguna vez esta chica tuvo la mirada opaca y fría. Pero ahora me mira con ojos brillantes. Asiento con la cabeza y salgo a la intemperie. Pienso en el Viejo.
Tiene que recuperarse rápido, Viejo, hay mucho trabajo. No me falle.
Cae la tarde sobre Avellaneda.
sábado, 27 de junio de 2009
miércoles, 27 de mayo de 2009
En diálogo con Oscar El Negro González Oro, en el programa El Oro y el Moro, el letrado solicitó al Poder Judicial de la Argentina que avance con las causas en las que están involucrados guerrilleros y miembros de las agrupaciones que durante los años 70, inclusive en el gobierno democrático de Isabel Perón, atacaron y cometieron bárbaros crímenes.
Brunetta elogió la decisión de un juez de Santa Fe, que determinó avanzar con la investigación sobre secuestro y muerte del coronel Argentino Del Valle Larrabure, por considerar que su muerte había sido un delito de lesa humanidad.
La polémica sobre si las acciones terroristas de los grupos civiles pueden equipararse a las cometidas por el Estado fue uno de los temas relevantes de la semana política que pasó.
Hoy, en el contacto radial, Brunetta volvió sobre la cuestión, recordando la carta de lectores que escribió a un diario, donde comentó lo que tuvo que vivir durante los años de plomo, como directivo de una de las empresas automotrices líderes que operaban en la Argentina.
'El nuestro es el único país donde los que ganaron una guerra son juzgados por los que la perdieron', manifestó el letrado en referencia a los juicios que enfrentan los militares por violaciones a los derechos humanos ante los tribunales de todo el país.
El letrado aclaró: 'Deberían ser juzgados por crímenes de lesa humanidad' también los terroristas que atacaron a la sociedad civil y que no eran blancos militares. Entre los principales que debieran ser juzgados, Brunetta mencionó a los 'ideólogos de los atentados que dejaron sin vida a mucha gente'.
'Delito de lesa humanidad no es sólo el terrorismo de un gobierno, sino de cualquier lado. Lesa humanidad es de un lado y de otro', consignó el abogado en recuerdo de los principales contenidos de la carta de lectores, cuyos principales párrafos reproducimos a continuación:
'El 9/1/75, en época de un gobierno democrático, ingresé a Chrysler Fevre Argentina como gerente de Finanzas. Ese día, el director Eduardo Beach me dio la bienvenida y me dijo que estaban todos amenazados por Montoneros y el ERP, porque la empresa no aceptaba pagarles una mensualidad, y que si yo desistía de ingresar no lo tomaría como una cobardía. Ante mi respuesta de que deseaba entrar, me preguntó mi fecha de nacimiento, la escribió en una tarjeta y al dorso, su nombre y el del abogado de la empresa y sus teléfonos. Dijo que si me secuestraban, la empresa se haría cargo. Gran debut.
En marzo del 76, al llegar a la empresa, veo un tumulto. Habían asesinado a Eduardo Kenny, gerente de Distribución. En julio, asesinaron a Carlos Balsa, supervisor de Flota, y en noviembre, a Jorge Souto, gerente de Control de Laboratorio. A partir de allí, me obligaron a salir de casa con custodia.
Mi madre les contaba a sus clientas del negocio de composturas de zapatos qué había sido de mi padre zapatero (de allí mi origen oligarca), que de noche no podía dormir pensando que en cualquier momento le iban a informar que a su hijo lo había asesinado el terrorismo.
Sus clientas me sugerían cambiar de trabajo. Pregunto: ¿cuándo van a ir a los tribunales acusados de crímenes de lesa humanidad quienes enviaban a los jovencitos «idealistas» a asesinar a civiles y a la vez a ser eliminados por las fuerzas del orden? Los nombres los conocemos: Bonasso, Kunkel, Taiana, Verbitszky, Eduardo Luis Duhalde, abogado de los terroristas... y sigue la lista.
Mi pecado para estar en la lista de candidatos a ser asesinados fue que, cuando falleció mi padre, yo, de 16 años, en lugar de ponerme a llorar, agarrar un arma y salir a robar, busqué un trabajo, terminé mi secundaria en la Escuela Carlos Pellegrini, mis estudios, en la Asociación Argentina de Cultura Inglesa y en la Facultad de Ciencias Económicas, donde me recibí de contador público, licenciado en Administración y en Economía, mientras ayudaba a mi madre en su negocio.
Si hubiera salido a la calle con un fierro, quizás ahora podría ser ministro, secretario de Estado o jefe de fiscales.'
Brunetta elogió la decisión de un juez de Santa Fe, que determinó avanzar con la investigación sobre secuestro y muerte del coronel Argentino Del Valle Larrabure, por considerar que su muerte había sido un delito de lesa humanidad.
La polémica sobre si las acciones terroristas de los grupos civiles pueden equipararse a las cometidas por el Estado fue uno de los temas relevantes de la semana política que pasó.
Hoy, en el contacto radial, Brunetta volvió sobre la cuestión, recordando la carta de lectores que escribió a un diario, donde comentó lo que tuvo que vivir durante los años de plomo, como directivo de una de las empresas automotrices líderes que operaban en la Argentina.
'El nuestro es el único país donde los que ganaron una guerra son juzgados por los que la perdieron', manifestó el letrado en referencia a los juicios que enfrentan los militares por violaciones a los derechos humanos ante los tribunales de todo el país.
El letrado aclaró: 'Deberían ser juzgados por crímenes de lesa humanidad' también los terroristas que atacaron a la sociedad civil y que no eran blancos militares. Entre los principales que debieran ser juzgados, Brunetta mencionó a los 'ideólogos de los atentados que dejaron sin vida a mucha gente'.
'Delito de lesa humanidad no es sólo el terrorismo de un gobierno, sino de cualquier lado. Lesa humanidad es de un lado y de otro', consignó el abogado en recuerdo de los principales contenidos de la carta de lectores, cuyos principales párrafos reproducimos a continuación:
'El 9/1/75, en época de un gobierno democrático, ingresé a Chrysler Fevre Argentina como gerente de Finanzas. Ese día, el director Eduardo Beach me dio la bienvenida y me dijo que estaban todos amenazados por Montoneros y el ERP, porque la empresa no aceptaba pagarles una mensualidad, y que si yo desistía de ingresar no lo tomaría como una cobardía. Ante mi respuesta de que deseaba entrar, me preguntó mi fecha de nacimiento, la escribió en una tarjeta y al dorso, su nombre y el del abogado de la empresa y sus teléfonos. Dijo que si me secuestraban, la empresa se haría cargo. Gran debut.
En marzo del 76, al llegar a la empresa, veo un tumulto. Habían asesinado a Eduardo Kenny, gerente de Distribución. En julio, asesinaron a Carlos Balsa, supervisor de Flota, y en noviembre, a Jorge Souto, gerente de Control de Laboratorio. A partir de allí, me obligaron a salir de casa con custodia.
Mi madre les contaba a sus clientas del negocio de composturas de zapatos qué había sido de mi padre zapatero (de allí mi origen oligarca), que de noche no podía dormir pensando que en cualquier momento le iban a informar que a su hijo lo había asesinado el terrorismo.
Sus clientas me sugerían cambiar de trabajo. Pregunto: ¿cuándo van a ir a los tribunales acusados de crímenes de lesa humanidad quienes enviaban a los jovencitos «idealistas» a asesinar a civiles y a la vez a ser eliminados por las fuerzas del orden? Los nombres los conocemos: Bonasso, Kunkel, Taiana, Verbitszky, Eduardo Luis Duhalde, abogado de los terroristas... y sigue la lista.
Mi pecado para estar en la lista de candidatos a ser asesinados fue que, cuando falleció mi padre, yo, de 16 años, en lugar de ponerme a llorar, agarrar un arma y salir a robar, busqué un trabajo, terminé mi secundaria en la Escuela Carlos Pellegrini, mis estudios, en la Asociación Argentina de Cultura Inglesa y en la Facultad de Ciencias Económicas, donde me recibí de contador público, licenciado en Administración y en Economía, mientras ayudaba a mi madre en su negocio.
Si hubiera salido a la calle con un fierro, quizás ahora podría ser ministro, secretario de Estado o jefe de fiscales.'
domingo, 17 de mayo de 2009

Carta escrita en el 2070
Documento extraído de la revista biografía "Crónica de los Tiempos" de abril de 2002
Acabo de cumplir los 50, pero mi apariencia es la de alguien de 85. Tengo serios problemas renales porque bebo muy poca agua.
Creo que me queda poco tiempo. Hoy soy una de las personas más longevas en esta sociedad.
Recuerdo cuando tenía 5 años: todo era muy diferente. Había muchos árboles en los parques, las casas tenían hermosos jardines y yo podía disfrutar de un baño de regadera hasta por una hora. Ahora usamos toallas empapadas en aceite mineral para limpiar la Piel.
Antes todas las mujeres lucían su hermosa cabellera. Ahora debemos afeitarnos la cabeza para poder mantenerla limpia sin agua.
Antes mi padre lavaba el auto con el chorro de la manguera.
Hoy los niños no pueden creer que el agua se utilizara de esa forma.
Recuerdo que había muchos anuncios que decían "CUIDA EL AGUA", sin que nadie los tomara en cuenta; pensábamos que el agua jamás se podía terminar.
Ahora, todos los ríos, presas, lagunas y mantos acuíferos están irreversiblemente contaminados o agotados.
Antes la cantidad de agua indicada como ideal para beber, era ocho vasos al día por persona adulta. Hoy solo puedo beber medio vaso.
La ropa es desechable, con lo que aumenta grandemente la cantidad de basura; hemos tenido que volver al uso de los pozos sépticos como en el siglo pasado porque ya las redes de desagües no se usan por la falta de agua.
La apariencia de la población hoy es horrorosa; cuerpos demacrados, arrugados por la deshidratación, llenos de llagas en la piel por los rayos ultravioletas que ya no tienen la capa de ozono que los filtraba en la atmósfera, inmensos desiertos constituyen el paisaje que nos rodea por doquier.
Las infecciones gastrointestinales, enfermedades de la piel y de las vías urinarias, son las principales causas de muerte.
La industria está paralizada y el desempleo es dramático.
Las plantas desalinizadoras son la principal fuente de empleo y te pagan con agua potable en vez de salario.
Los asaltos por un bidón de agua son asunto común hoy en las calles desoladas.
La comida es 80% sintética. Por la resequedad de la piel una joven de 20 años luce como si tuviera 40. Los científicos investigan, pero no hay solución posible. No se puede fabricar agua, el oxigeno también se ha degradado por falta de árboles lo que ha disminuido el coeficiente intelectual de las nuevas generaciones. Se ha alterado la morfología del espermatozoide de muchos individuos, como consecuencia hay muchos niños con insuficiencias, mutaciones y deformaciones.
El gobierno incluso nos cobra por el aire que respiramos: 137 m3 por día por habitante adulto.
La gente que no puede pagar es arrojada de las "zonas ventiladas", que están dotadas de gigantescos pulmones mecánicos que funcionan con energía solar, no es de buena calidad pero se puede respirar; la edad promedio es de 35 años.
En algunos países quedan manchas de vegetación con su respectivo río que es fuertemente custodiado por el ejercito, el agua se ha vuelto un tesoro muy codiciado, más que el oro o los diamantes.
Aquí en cambio, no hay árboles porque casi nunca llueve, y cuando llega a registrarse una precipitación, es de lluvia ácida; las estaciones del año han sido severamente transformadas por las pruebas atómicas y la industria contaminante del siglo XX. Se advirtió entonces que había que cuidar el medio ambiente y nadie hizo caso.
Cuando mi hija me pide que le hable de cuando era joven le describo lo hermoso que eran los bosques, le hablo de la lluvia, de las flores, de lo agradable que era bañarse y poder pescar en los ríos y embalses, beber toda el agua que quisiera, lo saludable que era la gente.
Ella me pregunta: Papá, ¿Por qué se acabó el agua?
Entonces, siento un nudo en la garganta; no puedo dejar de sentirme culpable, porque pertenezco a la generación que terminó de destruir el medio ambiente o simplemente no tomamos en serio tantas advertencias.
Ahora nuestros hijos pagan un alto precio y sinceramente creo que la vida en la tierra ya no será posible dentro de muy poco porque la destrucción el medio ambiente llegó a un punto irreversible.
¡Como quisiera regresar el tiempo y hacer que toda la humanidad comprendiera esto cuando aún podíamos hacer algo para salvar a nuestro planeta tierra!
sábado, 18 de abril de 2009

"Y como Aladino, cuando volvió al palacio, aprendió que a veces el secreto no es vivir deseando lo que no se tiene, sino querer lo que se tiene. Y una cosa hay que aprender: Nuestros deseos no
siempre se van a cumplir ya, aqui y ahora. Es parte de la vida aceptar que nuestros deseos no siempre son ordenes para un genio bueno. A veces, otros deseos agenos son los que ordenaron
nuestra vida. Pero lo que nos enseña la historia de Aladino, es que el genio que sí puede escucharnos siempre no está en ninguna lampara maravillosa, sino dentro de nosotros mismos. Dentro nuestro hay un genio poderoso que puede cumplir nuestros sueños, ese genio espera nuestras ordenes y quiere cumplir..."
miércoles, 8 de abril de 2009
eel amoor.

Que lindo es el amor cuando llega de verdad, que hermosa sensación que te causa cuando está, es una ansiedad que no se puede aguantar, no te deja dormir todo lo quieres ya. A veces el amor te enceguece hasta sentir, que hasta tu corazón no pertenece mas a ti y no existe nadie mas que te pueda importar en este mundo, los dos y nadie mas. Pero que triste es el amor cuando te dañan, que feo es el dolor cuando te engañan y te dejan sufriendo así, pero que triste es el amor cuando se aleja, que feo es extrañar cuando te dejan y te quedas solo así. Y a mi que me van a hablar de amor. Que raro a veces es, donde menos lo esperas, ahí lo podes encontrar y no hay ninguna ley que te ponga una edad, solo su forma de ser te enamorara.solo así.
viernes, 3 de abril de 2009
Shaleka otra vez en la discoteca...
Bailen, canten, miren para arriba
¿No ven que la gente que esta afuera delira?
Porque no puede volar, porque no hay mas entradas,
Ya no cabe nadie, ni la gente parada.
La gente llora y eso no es un secreto
Porque por la vida ya no hay ningun respeto
Cuando en las calles del barrio yo me meto
Y a mi me viene a hablar algún sujeto
Y me cuenta las cosas que están pasando
Como con la inflación los están matando
Y cuando ves a la familia cartoneando
A mi me parece que hay algo que esta fallando
Noticia, noticia, este es mi comentario
Esta es nuestra vida, la que vivimos a diario (x2)
La gente quiere divertirse
La gente no quiere morirse
La gente si quiere reírse
Es que la gente no quiere deprimirse, y te digo que...
Nadie quiere vivir pagando
No juntamos plata ni siquiera trabajando
No aflojamos y te estamos cantando
Mientras vos in the computer te lo estás quemando
Bailen, canten, miren para arriba
¿No ven que la gente que esta afuera delira?
Porque no puede volar, porque no hay mas entradas,
Ya no cabe nadie, ni la gente parada.
Noticia, noticia, este es mi comentario
Esta es nuestra vida, la que vivimos a diario(x2)
Violencia, crimen y horrores
Eso alimentan en los televisores
Y en las escuelas que no hay educación
Solo es un comercio al mejor postor, te digo que...
No tengas que ir al hospital
No les dan recurso para poder curar
Tampoco hay respeto para el trabajador
Que se rompe el lomo en cualquier galpón
La gente llora y eso no es un secreto
Porque por la vida ya no hay ningun respeto
Cuando en las calles del barrio yo me meto
Y a mi me viene a hablar algún sujeto
Y me cuenta las cosas que están pasando
Como con la inflación los están matando
Y cuando ves a la familia cartoneando
A mi me parece que hay algo que esta fallando
Noticia, noticia, este es mi comentario
Esta es nuestra vida, la que vivimos a diario(x2)
La gente quiere divertirse
La gente no quiere morirse
La gente si quiere reírse
Es que la gente no quiere deprimirse, y te digo que...
Nadie quiere vivir pagando
No juntamos plata ni siquiera trabajando
No aflojamos y te estamos cantando
Mientras vos in the computer te lo estás quemando
Bailen, canten, miren para arriba
¿No ven que la gente que esta afuera delira?
Porque no puede volar, porque no hay mas entradas,
Ya no cabe nadie, ni la gente parada.
Noticia, noticia, este es mi comentario
Esta es nuestra vida, la que vivimos a diario(x2)
http://www.youtube.com/watch?v=Qxpr2UzNyt8&feature=related
Me parece qe algunas de sus canciones dicen la verdad, lo qe esta viviendo la sociedad.
Bailen, canten, miren para arriba
¿No ven que la gente que esta afuera delira?
Porque no puede volar, porque no hay mas entradas,
Ya no cabe nadie, ni la gente parada.
La gente llora y eso no es un secreto
Porque por la vida ya no hay ningun respeto
Cuando en las calles del barrio yo me meto
Y a mi me viene a hablar algún sujeto
Y me cuenta las cosas que están pasando
Como con la inflación los están matando
Y cuando ves a la familia cartoneando
A mi me parece que hay algo que esta fallando
Noticia, noticia, este es mi comentario
Esta es nuestra vida, la que vivimos a diario (x2)
La gente quiere divertirse
La gente no quiere morirse
La gente si quiere reírse
Es que la gente no quiere deprimirse, y te digo que...
Nadie quiere vivir pagando
No juntamos plata ni siquiera trabajando
No aflojamos y te estamos cantando
Mientras vos in the computer te lo estás quemando
Bailen, canten, miren para arriba
¿No ven que la gente que esta afuera delira?
Porque no puede volar, porque no hay mas entradas,
Ya no cabe nadie, ni la gente parada.
Noticia, noticia, este es mi comentario
Esta es nuestra vida, la que vivimos a diario(x2)
Violencia, crimen y horrores
Eso alimentan en los televisores
Y en las escuelas que no hay educación
Solo es un comercio al mejor postor, te digo que...
No tengas que ir al hospital
No les dan recurso para poder curar
Tampoco hay respeto para el trabajador
Que se rompe el lomo en cualquier galpón
La gente llora y eso no es un secreto
Porque por la vida ya no hay ningun respeto
Cuando en las calles del barrio yo me meto
Y a mi me viene a hablar algún sujeto
Y me cuenta las cosas que están pasando
Como con la inflación los están matando
Y cuando ves a la familia cartoneando
A mi me parece que hay algo que esta fallando
Noticia, noticia, este es mi comentario
Esta es nuestra vida, la que vivimos a diario(x2)
La gente quiere divertirse
La gente no quiere morirse
La gente si quiere reírse
Es que la gente no quiere deprimirse, y te digo que...
Nadie quiere vivir pagando
No juntamos plata ni siquiera trabajando
No aflojamos y te estamos cantando
Mientras vos in the computer te lo estás quemando
Bailen, canten, miren para arriba
¿No ven que la gente que esta afuera delira?
Porque no puede volar, porque no hay mas entradas,
Ya no cabe nadie, ni la gente parada.
Noticia, noticia, este es mi comentario
Esta es nuestra vida, la que vivimos a diario(x2)
http://www.youtube.com/watch?v=Qxpr2UzNyt8&feature=related
Me parece qe algunas de sus canciones dicen la verdad, lo qe esta viviendo la sociedad.
domingo, 29 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)